A los turistas muchas costumbres de los habitantes locales pueden parecer un poco extrañas. Así, galantes y amables italianos en la muchedumbre pueden crear tumulto. Al mismo tiempo, tal conducta no se considera ruda. Los ciudadanos están acostumbrados a grandes tumultos en el transporte público y en los centros comerciales, por eso ellos tratan de cualquier modo abrir el camino. Muchos ciudadanos durante la conversación usan activamente los gestos y mímica, pero entre los representantes de élite ésto significa una señal de ineducación. Los italianos no están acostumbrados a desayunar, por eso en la mayoría de bares y cafés de desayuno ofrecen un café y cochura tierna. La comida principal se considera el almuerzo, que consta de tres platos. El postre tan acostumbrado para los europeos los italianos pueden sustituir por un surtido de queso y una copa de vino, que no está prohibido tomar durante la jornada. A pesar del amor de los ciudadanos hacia el vino, en general, su actitud hacia las bebidas alcohólicas es discreta. Los toman a menudo durante la comida. En lo que se refiere a la ropa y la apariencia, los ciudadanos prefieren vestirse con rigorosidad. No llevan los trajes y vestidos llamativos. La fiesta nacional más interesante se considera el Día de la fundación de Roma, que se celebra anualmente el 21 de abril. A veces el festejo dura varios días, durante la fiesta tiene lugar un montón de actividades culturales y ceremonias. Así, cada año eligen a
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