Las primeras menciones de la ciudad aparecieron aun en el siglo 10, en otros tiempos estas tierras pertenecían a célebres condes franceses. La ciudad está situada cómodamente entre dos colinas altas, algunas de sus calles se ubican en barrios montañosos. Como la ciudad estaba situada en la frontera entre España y Italia, siempre era un importante centro comercial. La ciudad antigua era muy pequeña y la rodeaba una muralla potente, de edificios significantes había sólo una capilla y castillo. Poco a poco Montpellier se amplificaba, hoy en día los turistas pueden ver dos torres que se han quedado de las fortificaciones y se llaman la Tour des Pn y la Tour de la Babot. Además, se ha conservado una iglesia antigua que se llama Notre-Dame-des-Tables. Antiguamente fue un lugar atractivo para los peregrinos, que cada año llegaban más, lo que provocó el crecimiento del territorio de la ciudad. Para los forasteros empezaron a crear nuevos pensiones, hoteles y tabernas. En 1220 según la orden del cardinal Conrad en la ciudad fue inaugurada una escuela Médica, y dentro de un par de años la ciudad se hizo propiedad de los reyes de Aragón. En este período empieza el período de verdadero florecimiento y auge económico, los habitantes de la ciudad recibieron muchas libertades y posibilidades, empezó a desarrollarse rápidamente el comercio que se hizo la principal fuente de ingresos del tesoro de la ciudad. Hoy en día la ciudad representa un lugar
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