Gracias a su estilo de arquitectura único, Dordrecht preservó la atmósfera inexplicable de la Edad Media. Todos los edificios son del estilo comedido y como unos de ellos fueron elevados hace unos siglos, los edificios contemporáneos se construyen a la antigua. Es un puerto grande, el que pinta muy bien con la red de canales y ríos que lo rodean. Gran parte de estos canales fue construida artificialmente con el fin de resecar los terrenos vecinos. Unos llaman Dordrecht “Venecia en miniatura”, aquí no hay rascacielos, ni edificios altos, sólo unas callejuelas sinuosas que se extienden a lo largo de canales y están adornadas con unos puentes y pasos. Paseos por el río siguen siendo uno de los entretenimientos favoritos de turistas. A cada paso encuentras yates amarrados, los cuales se hicieron el transporte habitual de los ciudadanos. La gente a veces los utiliza como viviendas. Para examinar mejor la ciudad y conocer los principales lugares de interés, se puede cambiar el transporte por una bici – es también un medio muy popular entre ciudadanos. Por doquier hay caminos para peatones y bicicletas, por esto se puede viajar sin preocuparse por el tráfico. En la ciudad hay una gran variedad de monumentos, pero los más curiosos son los edificios antiguos, por supuesto. La mayoría de ellos fue reequipada para luego abrir cafeterías y restaurantes, los demás quedaron vacíos, pero siguen representando una herencia histórica inestimable. En los
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