Es una de las islas Hawaiianas más bellas, un auténtico paraíso para los amantes de naturaleza salvaje, paseos por senderos escondidos y reposo tranquilo en una playa vasta. Aquí no se puede encontrar ningún edificio moderno, ningún cine o centro comercial, la isla preservó plenamente la atmósfera esplendorosa de la Antigüedad. Ud. hasta puede andar alrededor de la isla y no dará con ninguna casita que sea más alta que una palmera. Como el balneario es bastante peculiar, no les gusta a todos, no tanto a los que están acostumbrados a la civilización, por esta razón el reposo aquí es tranquilo y aislado. Incluso en la ciudad más grande el transporte no es una cosa habitual y nunca había semáforos en los caminos. El turista contemporáneo estará pasmado por la ausencia de los letreros de neón tan típicos, que no hay edificios grandes ni modernos centros comerciales. Las tiendas son todas muy pequeñas, pero el surtido de las mercancías va a alegrar con su diversidad. Al llegar a la isla Ud. se sentirá en una época de medio siglo atrás, que la vida aquí es tan simple y calmosa. El territorio bastante grande está ocupado por la zona playera, con esto las playas son casi inhabitadas y tranquilas, hay pocos turistas. Estos sitios se hicieron favoritos de los amantes de la pesca, mucha gente prefiere la caza submarina. La parte histórica de la isla se considera el parque Kalaupapa, situado en la zona del norte. Otrora era una colonia de leprosos,
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