En las afueras de la península Osejava y San Pedro en Dalmacia, el centro cultural, económico y deportivo de Croacia, se ubica una ciudad pequeña, pero muy renombrada, se llama Makarska. Se extiende en un lugar muy pintoresco, más al este del cabo de San Pedro se sitúan los amarraderos para yates y un puerto, en la parte occidental serpentean las playas color esmeralda que al final entran en el magnífico malecón de Marineta. En el malecón hay múltiples hoteles, restaurantes, cafeterías, bares y otros sitios que a uno le llenan el ojo con la originalidad y belleza de Dalmacia vasta. En la plaza Kasic-Miosic, en el mismo corazón de la ciudad fue construida la iglesia de San Marco, rodeada por la ciudad vieja - un barrio antiguo de Makarska con callejuelas sinuosas, sombreadas por el vid. Las calles recuerdan los laberintos mediterráneos, pavimentados de adoquines. El monasterio franciscano, un edificio extraordinario desde el punto de vista arquitectónico, se sitúa en el sudeste de la ciudad. Es curioso que unas bodegas del monasterio se utilicen como museos de conchas. Las condiciones climáticas de Makarska son bastante favorables: la temperatura media del año es más de 16 grados centígrados, permite disfrutar todo el año de unas vistas maravillosas y vacaciones en este lugar. Sin embargo, la flor y nata de Makarska son las playas que se extienden a lo largo del perímetro de la línea costera. Se consideran las mejores playas de Croacia. Hay también
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