El centro gobernamental de Pakistan es una región culturalmente atractiva y, además, es un lugar perfecto para pasar las vacaciones. La construcción empezó en el año 1960 en el terreno completamente inhabitado y con los años este desierto se convirtió en un megapolis. Un famoso arquitecto griego confeccionó el proyecto, Islamabad había sido planeado escrupulosamente y no está parecido en absoluto a las ciudades orientales pequeñas con unas calles angostas y sinuosas. La ciudad se divide en sectores del oeste al este, son numerados de 6 a 11. Del norte al este los sectores son designados con letras latinas. Si se mira el plan de la ciudad, ésta parece una tabla de ajedrez. Cada “cuadrado” se divide en otras cuatro partes, en el centro de cada cual sin falta hay un centro comercial y unas tiendas de comestibles. Islamabad cuenta con muchísimas curiosidades. Desde el punto de vista religioso y arquitectónico lo más remarcable es la mezquita “Sheik Feisal”. Bajo el arco de esta obra grandiosa caben 70 mil personas. El lugar más precioso, especialmente durante la primavera, es el jardín de Rosas y Jazmines. Aparte de macizos de flores lo embellecen fuentes, estatuas y arbustos decorativos. En el territorio de la ciudad hay unos lagos, el más grande de los cuales es el Lago de Lotos, Raval y Simli. Como cualquier ciudad oriental Islamabad abunda en mercados: el Abpara, el mercado de la Melodía, Kaverd, el bazar Juma, el mercado Jinna. Entre atractivos
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